
En los peldaños de la vida me senté a ver como te alejabas dejándome abandonada y sin saber donde ir. Tus pasos retumbaron en mis oídos y no pude hacer nada para demostrarte que puedo ser la persona que necesitas. Nada importa ya, mis lágrimas lo cubren todo y el velo de mi desesperanza me ha drogado como un néctar mortal que ya no puedo detener. Me sentaré a esperar el final con la poca fuerza que me queda, para lograr encontrarte en las cavernas retorcidas de mi interior.
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